Fedegustando

Un Graciano singular

Una de las señas de identidad de un enólogo es cultivar una uva, y trazar su recorrido hasta la botella. Este es el paso de Abel Mendoza. En esta ocasión, un Graciano especial frente a la sierra de Cantabria, con vinificación perfecta y crianza francesa. Vino elegante, cereza-picota con matices azulados, tal vez uno de los mejores Gracianos que hoy se puede beber. Tiene lágrima intensa y que mancha. Explota aromáticamente y con mucha intensidad gracias a los balsámicos, los perfiles especiados que se armonizan con fruta madura y tonos florales, sin olvidar algún toque ahumado. Se bebe, que es siempre lo importante para un vino de primer nivel, de modo muy expresivo. Entrada golosa buena acidez y amargor sutil adornan este vino de largo recorrido.